domingo, 23 de enero de 2011

Por una cosa buena, una cosa mala.

Así es. Los que no se hayan enterado de la cosa buena, que revisen las entradas anteriores.
Bueno, y también es bueno que ya casi estoy bien de el virus que pillé el otro día.
Lo malo es que ha terminado mi amistad con Shiroi.
Pero no podía soportarlo.
Ella es... Una ...¡racista!
No, bueno, sé que la palabra no es esa.
Intentaré explicarlo:
Odia a los emos, odia a los góticos, odia a las chonis, odia a los canis (vale, los dos últimos los comprendo, pero yo tengo amigas a las que les gusta el reggeaton y tampoco son tan malas, es más, me han ayudado mucho.), y odia a los pijos.
Yo le he intentado explicar que tanto odio no puede ser bueno, y que tampoco hay que llevarse genial con todos, sólo tolerar sus costumbres diferentes.
Y me ha soltado: ''Madre mía, qué asco.''
Esa no es la Shiroi que yo conocía.
...No me lo puedo creer.

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